
En 1991 corrió su primera carrera en Stokcar, una categoría metropolitana, con un Torino preparado por su padre, logrando un quinto lugar. Al año siguiente, salió campeón en la misma categoría pero a nivel nacional, algo que todavía no pudo realizar en el TC.
Pero Di Palma no solo corre en autos sino que también lo hace en una cancha de básquet, y en este evento a beneficio lo vimos muy concentrado corriendo de acá para allá, siguiendo a la pelota. Un rival que nunca pudo pasar. “Yo venía corriendo a los pedos, cuando llegaba al aro no sabía que tenía que hacer y tiraba para arriba. Salió como tenía que salir… como el culo” bromeó Di Palma.
¿Cómo te llevas con la redonda Marquitos? “Mira, no la veo. Para todos los deportes que sean con pelotas ando bien, porque soy malo parejo, malo parejito. No sobresalgo en ninguno”.
“Contento por este evento ya que se le demuestra a los chicos que el deporte es una salida para divertirse. Además, le demuestro que yo soy un perdedor nato y soy un tipo reconocido a nivel nacional por lo que no hay que ser el mejor para brillar”, de a poco la conversación se tornaba más seria.
Cuando llegó el momento de hablar de las problemáticas que atraviesan los jóvenes, Di Palma no tuvo problema en decir: “nunca me drogué, nunca tomé y nunca fumé y creo que soy un tipo que me divierto, que divierto a la gente y esto es una demostración que pueden hacer otras cosas que esas pavadas”.
Diego Malbernat / Eduardo Ferrer
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