
Muchos se deben preguntar como logró salir adelante de cada uno de esos momentos traumáticos, la respuesta es simple: no peleó solo cada partido, sino que todo aquel espectador, que supo emocianarse con sus gambetas del '86, peleó de manera incondicional junto a él.
Aquellos que disfrutaron de su esplendor deportivo, se niegan a observarlo en tan deplorables condiciones humanas. El astro de la redonda ya sabe de este tipo de eventos, donde hay que ganarle a todos los rivales, aún los que no están en la cancha. Al fin y al cabo, Maradona siempre juega de local en cualquier sitio donde se encuentre, lo hace y muy bien.
Nadie pudo descifrar todavía porque no se pierde el recuerdo, y las imágenes deplorables del ahora no lograron tapar aquella maravilla de galera y bastón en el verde del Azteca. Quizás algún romántico podría decir: "ES QUE UN AMOR ASI NUNCA SE OLVIDA" .
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